Nuestra escala en la antigua Christianssand
Tras nuestra visita a Oslo, tocaba visitar Kristiansand, antiguamente Christianssand, una ciudad noruega, capital de la provincia de Vest-Agder.
Por su poblaciĂłn, es la quinta ciudad mĂĄs grande del paĂs, detrĂĄs de Oslo, Bergen, Trondheim y Stavanger.
Desayunando en el camarote
En lo que ya se convertirĂa en una costumbre el resto de los dĂas decidimos utilizar el servicio de habitaciones para el desayuno para evitar, aunque fue un intento en vano,
acumular demasiados kilos durante el cruise
Un paseo por la ciudad
La ciudad nos recibiĂł con lluvia y un dĂa desapacible, aunque hasta con la climatologĂa tuvimos mucha suerte, ya que fue el Ășnico dĂa lluvioso de todo el trayecto y ademĂĄs, al mediodĂa despejĂł y quedĂł una tarde esplĂ©ndida.
Como la lluvia arreciaba cuando salimos del barco decidimos coger la opciĂłn “tren chu-chu” justo a pie de barco, que aunque magnĂficamente atendida por un joven tinerfeño al que la crisis ha obligado a buscarse la vida en la lejana Noruega, nos pareciĂł demasiado cara para el trayecto ofrecido (no durĂł mĂĄs de 15 minutos)
Ese dĂa, supongo que debido al mal tiempo, la ciudad estaba vacĂa, asĂ que tras la corta visita en tren decidimos callejear, visitar el mercado callejero, tomarnos un tentempiĂ© y finalmente visitar el mercado del pescado.
Os pondré algunas fotitos para haceros una idea.
Y otras poquitas
Eso si, mi madre, como siempre, a lo suyo
Otras pocas
Y mĂĄs
El Mercado del Pescado Fiskebrygga
El Mercado del pescado, Fiskebrygga, es una de las principales atracciones turĂsticas de la ciudad.
El muelle pesquero es la zona mĂĄs importante y acogedora de la ciudad, llena de animados restaurantes, canales y embarcaciones de recreo, y como no podĂa ser de otra manera, entramos en el Fiskebasaren.
DespuĂ©s del paseo y de ver tantas cosas ricas, decidimos volver al barco para el almuerzo, ya que nos apetecĂa probar una pequeña muestra del sushi que a diario habĂa en el buffet
Mi madre, antes de subir, decidiĂł, como suele ser ya habitual en ella, fotografiarse con ese enorme animal
Disfrutando en la piscinaÂ
La tarde la pasemos sesteando en la piscina, ya que el dĂa habĂa despejado, y aunque el aire era fresco, en la piscina cubierta se estaba francamente bien.
No habĂa apenas masificaciĂłn, al contrario que algunos dĂas de navegaciĂłn en la segunda parte del viaje, pero ya llegaremos a ello
Cuando dejĂĄbamos atrĂĄs la ciudad, el dĂa estaba ya totalmente despejado y el mar parecĂa tranquilo.
Si hicimos algo mĂĄs a lo largo de la tarde, no lo recuerdo, asĂ que supongo que nos tirarĂamos toda la tarde a la bartola
Eso si, seguro que nos arreglamos y fuimos a cenar al comedor, porque tengo fotos de los platos que nos tomamos
Como los espectĂĄculos no eran demasiado buenos
despuĂ©s de cenar, la rutina diaria era cafelito expreso en el Explorations y gin tonic en el CrowÂŽs, y despuĂ©s a dormir, porque en la disco, salvo puntuales dĂas, la animaciĂłn era bastante escasa y a partir de las 23.30 o 24.00 horas no quedaba allĂ ni el tato
Pese a que cuando salimos de puerto el mar estaba como un plato llano, esa noche se levantĂł bastante viento que provocĂł un fuerte oleaje, hasta el punto de que habĂan prohibido salir a dar nuestro paseo nocturno por la Promenade, asĂ que nos fuimos a dormir.
Mañana nos espera Stavanger
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