Estambul: Santa Sofía y la Mezquita Azul

Hagia Sofía

El domingo seguía lluvioso, pero nosotros decidimos seguir con el plan previsto, que ese día incluía las visitas a Santa Sofía y a la Mezquita Azul por la mañana y el Palacio Topkapi por la tarde.

Las ruinas del antiguo Hipódromo

Iniciamos el paseo por las ruinas del antiguo Hipódromo de Constantinopla, actualmente Sultanahmet Meydanı (Plaza Sultán Ahmet) en la que únicamente sobreviven algunos fragmentos de la estructura original, como La spina, los dos obeliscos y la columna de la serpiente.

El Hipódromo de Constantinopla (en turco: Sultanahmet Meydanı) fue el centro deportivo y social de Constantinopla, capital del antiguo Imperio bizantino, que llegó a ser la más grande del mundo en el siglo V.

Fue construido durante el reinado del emperador romano Septimio Severo a principios del siglo III d.C, aunque su estructura se hizo más grandiosa gracias al emperador Constantino.

El Hipódromo se usaba, además de para carreras de caballos, desfiles, ejecuciones públicas y humillaciones a los enemigos del emperador.

En 1204, durante la Cuarta Cruzada, cuando Constantinopla fue saqueada, los cuatro caballos de esta escultura que adornaba la entrada fueron trasladados a Venecia, exactamente a San Marcos.

La Mezquita Azul de Estambul

Tras el paseo nos encaminamos a la Mezquita Azul, cuya entrada es gratuita y que nos fascinó por su majestuosidad.

Tuvimos que esperar un rato en la fila, lo que aproveché para ir colocándome el “velo” a mi estilo particular, ya que las mujeres debemos cubrirnos la cabeza para entrar en las Mezquitas de todo el país (cómo en la gran mayoría de los países musulmanes).

Es la mezquita más importante de Estambul.

Su nombre en turco, Sultanahmed Camii, o Mezquita del Sultán Ahmed, se debe a que fue construida por el Sultán Ahmed I entre 1609 y 1616.

Fue inaugurada en el año 1617 durante el mandato de Mustafá I.

Tiene seis minaretes lo que, en el momento de su construcción, provocó mucha polémica, ya que la Meca también tenía seis.

Por eso, con posterioridad, en la Meca se construyó un séptimo minarete, para marcar así la diferencia.

Interiores de la Mezquita Azul de Estambul

El interior de la Mezquita es impresionante.

Al entrar entendimos el porqué de su nombre: hay más de 20.000 azulejos de color azul que adornan su cúpula y la parte superior.

Todos los azulejos fueron traídos a Estambul desde la ciudad de Iznik (Nicea).

Los puestos callejeros en Estambul

Tras la visita y antes de dirigirnos a Hagia Sophia, decidimos hacer una breve parada para tomarnos un refresco.

Estambul está plagada de puestos callejeros dónde comer todo tipo de cosas, incluidos estos curiosos caramelos hechos al instante.

En la terraza dónde paramos para tomar algo pudimos ver la típica imagen: dos turcos fumando narguile y jugando al backgammon.

Santa Sofia, el símbolo de Estambul

Santa Sofía se encuentra en el mismo complejo de la Plaza de Sultanahmet, justo enfrente de la Mezquita Azul.

Lo cierto es que toda la ciudad está llena de indicadores turísticos que hacen que sea difícil perderse.


Tras la cola de rigor y el pago de la entrada y de las audioguías en español, iniciamos nuestra visita a la imponente Hagia Sophia, cuyo interior quedaba un poco deslucido por los andamios, ya que se estaba procediendo a su restauración.

Santa Sofía es el símbolo de Estambul.

Fue construida durante el mandato de Justiniano entre los años 532 y 537 y es una de las obras maestras del arte bizantino.

Son tantas las maravillas que contiene en su interior que no sabría muy bien por cual inclinarme, ya que tengo que confesar que en algún momento de la visita mis piernas se resistían a seguir caminando.

Eso si, no dudé en introducir mi pulgar en la Columna del Deseo.

Según cuenta la leyenda, la columna llora de pena por el Sultán Vedud y para construirla se utilizó saliva del profeta Mahoma.

La columna esta forrada con cobre y en el centro tiene un agujero en el cual hay que colocar el dedo pulgar y hacer un giro de 360º: si el dedo sale mojado anuncia la curación de enfermedades y otorga salud.

El mío salió mojado, pero yo creo que era del sudor del resto de turistas que me habían precedido antes.

¡Impensable esta práctica en estos tiempos de covid!

Santa Sofía en la actualidad

Además, acabo de enterarme que en 2020 Santa Sofía ha sido reconvertida a Mezquita, por lo que las imágenes ahora están prohibidas y se han colocado unas cortinas para cubrir los mosaicos y los enormes medallones.

Así que podemos considerarnos unos privilegiados por haberlos podido ver en todo su esplendor.

Tras la larga visita decidimos buscar un sitio dónde comer antes de proseguir con el plan previsto para la tarde, la visita al Palacio Topkapi.

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