Tocaba un nuevo día de navegación, tras nuestra escala en Zeebrugge y visita a Gante.
Tristemente, no fue uno de nuestros mejores días a bordo, ya que lamentábamos no poder estar ya en A Coruña, acompañando a Der Spion en unos momentos tan difíciles 
Pese a todo, intentamos poner al mal tiempo buena cara, y seguir con los planes previstos, que ese día incluían nuestra primera cata a bordo.
¡Me encantan las catas el día de navegación!
En esta ocasión, la cata era del paquete de vinos denominado «navigation», el más económico de los dos paquetes disponibles en Holland América.
Eso sí, los vinos, en especial los tintos, estaban francamente buenos.
Aunque la cata resultó algo tediosa, al ser en inglés, nosotros pasamos un rato muy agradable de charleta con Frances13, al que conocimos ese día, así que compensó con creces asistir al evento.
Esa noche de navegación era la primera gala de esta segunda parte del crucero, y nos arreglamos para ir a cenar al comedor principal.
Después de cenar, paseíto por la Promenade, aunque Pili y Mili decidieron plantarse y no seguir caminando, hartas ya de arrastrar sus largos trajes preparados para la ocasión.
Fermín intentó pactar con ellas que en una futura escala nos dedicaríamos a buscar trajes de cóctel, más cómodos y menos largos 
, decisión que días después nos costaría un fuerte quebranto en nuestras ya maltrechas economías, pero a eso llegaremos en su momento. 
