El lunes decidimos regresar al Hotel inicial, porque nos daba coraje tenerlo pagado y pagar aparte otros hoteles
Así que con nuestras maletas a rastras –menos mal que no llevábamos demasiado equipaje– “disfrutamos” de una excursión de más de una hora en tranvía y Metrobús para la ida y otra hora y pico para la vuelta
Estambul tiene una luz especial
El día estaba despejado y Estambul tenía una luz especial
Es impresionante la cantidad de barcos que cada día cruzan el Bósforo
El Bazar de las Especias
Cuando llegamos de nuevo a la zona de Eminönü, aprovechamos para visitar el Bazar de las Especias, dónde compramos te turco para recordar nuestras andanzas por Estambul.
El Bazar de las Especias en turco Mısır Çarşısı es uno de los bazares más antiguos de Estambul y está muy cerca del Puente de Gálata.
Al parecer, fue construido en 1664 durante el mandato del sultán Turhan.
En la actualidad, forma parte de la mezquita Yeni Camii.
Su nombre proviene de cuando Constantinopla constituía el final de la ruta de la seda, y desde allí se distribuían las especias para toda Europa.
¡A nosotros nos encantó!
En la actualidad abre de lunes a sábado en horario de 9:00 a 19:00 horas.
La forma más cómoda para llegar hasta allí es en tranvía, con parada en la estación de Eminönü (línea T1).
El paseo por el Bazar nos había abierto el apetito.
Fuimos a comer a un restaurante que nos había recomendado un turco-mexicano que conocimos en el Bazar, propietario de uno de los establecimientos.
Nos insistió que nos abstuviésemos de comer en los restaurantes bajo el Puente de Gálata, porque además de ser carísimos, la calidad dejaba mucho que desear.
De las varias recomendaciones de restaurantes en la zona que nos hizo, elegimos uno que nos encantó.
Está situado en la planta sexta de un edificio, con unas vistas impresionantes sobre el Bósforo y el Cuerno de Oro, pero lamentablemente no recuerdo el nombre.
El Puente de Gálata
Ese día seguía en puerto el barco de Regent.
Interesante Feria de Turismo en Estambul
Desde el Restaurante nos habíamos fijado que abajo, en la Plaza, habían instalado unos tenderetes y que había mucha gente paseando por allí.
Como la curiosidad mató el gato, nos encaminamos hacia la zona y fue todo un descubrimiento.
Era una especie de Feria de Turismo, por llamarla de alguna manera.
Organizada por una Asociación de Estudiantes Islamistas de Estambul, su objeto era, al parecer, la promoción de los diferentes países musulmanes.
Os juro que mucho de los países cuyos stands visitamos no los conocía ni de oídas
Más fotos de la peculiar Feria
Como podéis apreciar en las fotografías, la gente de los stands era muy amable y pasamos un rato muy divertido.
Además, aunque la intención inicial parecía ser la de promocionar el turismo hacia esos países, en el fondo subyacía un poso de «evangelización musulmana».
En uno de los stands incluso nos regalaron un libro, en español, titulado «Ijlâs y Taqwâh» (traducido como Sinceridad y Temor) en la que se analizan algunos pasajes del Corán.
También un folleto, en castellano, que bajo el título «Yihad En Risale-i Nur» explica el significado de la Yihad y la «lucha para defender el Islam y para edificar la Palabra de Dios tanto en la vida espiritual y en la vida terrenal de la humanidad»
Crucero por el Bósforo
Tras el largo paseo por la Feria y bajo un calor sofocante, decidimos una vez más postergar nuestros planes de visitar el Palacio Topkapi –decisión de la que nos arrepentiríamos al día siguiente– y descansar un rato haciendo un crucero por el Bósforo.
En todo Estambul encontrareis un montón de vendedores que os intentarán colar un crucero en español al módico precio, aquel año, de 35 euros por persona.
Nosotros decidimos coger uno que aunque solo ofrecía la visita guiada en inglés, hacía exactamente el mismo recorrido, y el precio por persona era de 10 liras (3,50 euros por persona).
Como veis, la diferencia de precio era considerable
Los barcos salen del propio muelle de Eminönoü y es muy fácil localizarlos
Lo malo es que las baterías de la cámara se nos acabaron en ese momento, y no tengo fotos del recorrido.
El paseo en barco dura casi dos horas y es muy agradable.
Al ir costeando todo el rato, permite apreciar los magníficos palacios construidos a la orilla del Bósforo.
Ade´mas, cruza hasta la orilla asiática, mostrando también esa parte de la ciudad de Estambul, que quizá sea la gran desconocida.
Al terminar el recorrido, estratégicamente, el barco te deja en un lugar atestado de barcos flotantes que venden el típico bocadillo de caballa asada.
Aunque el olor a pescado asado lo inundaba todo, curiosamente, y extraño en nosotros, no teníamos todavía hambre, así que no los probamos.
¡¡Otra asignatura pendiente para el próximo viaje a Estambul!!
Tras la larga jornada decidimos regresar al Hotel, para cenar en su restaurante.
Pero estábamos tan cansados que al llegar a la habitación nos echamos un ratito en la cama para dar una cabezada y nos dormimos hasta el día siguiente
