Barcelona: Paseo por Castelldefels y visita a la Montaña Mágica del Tibidabo

Tibidabo

El pasado 22 de junio, tras meses sin subir a un avión debido a la pandemia mundial provocada por el coronavirus, decidimos hacer una breve escapada, de 72 horas, a una de mis ciudades preferidas: Barcelona, dónde pudimos visitar Castelldefels y el Tibidabo.

El motivo, estrictamente familiar, se solventaría de forma favorable, lo que nos permitió poder aprovechar el tiempo para conocer algunos sitios en los que nunca habíamos estado, pese a nuestros innumerables viajes a la Ciudad Condal.

También aprovechamos para volver a visitar uno de mis lugares favoritos en la ciudad: La Montaña Mágica del Tibidabo.

Castelldefels y su castillo

El día 23 de junio, coincidiendo con la noche de San Juan, decidimos pasar la tarde conociendo la zona de Castelldefels.

Nuestra primera impresión es que la ciudad y su entorno han sido fuertemente castigadas por la crisis turística del covid-19, ya que sus calles se encontraban totalmente vacías, y gran parte de los negocios hosteleros de su paseo marítimo cerrados, pese a encontrarnos en unas fechas tan señaladas en Catalunya.

Tampoco había nadie en sus inmensas y largas playas, pese a que ese día apretaba el calor.

Visita al exterior del Castillo

El Castillo de Castelldefels es el icono de la ciudad, y se alza en el punto más alto de una colina, entre el macizo del Garraf y Barcelona.

Su construcción se inició en el siglo X, y fue edificado sobre antiguos restos ibéricos y romanos.

Durante siglos se utilizó como fortaleza defensiva contra las invasiones árabes y entre los siglos XVI y XVII contra los ataques de piratas berberiscos.

En 1988 fue adquirido por el Ayuntamiento de Castelldefels y empezó su proceso de recuperación, que persiste hasta la actualidad.

He podido leer que, actualmente, las salas y los espacios principales ya han sido restaurados y acogen la celebración de eventos, y el segundo domingo de cada mes se celebra una jornada de puertas abiertas.

En los denominados “Domingos en el Castell” se puede contemplar una muestra de comercio en las cuadras, así como espectáculos y actuaciones en el interior y en los jardines.

Pero el día 23 de junio se encontraba cerrado, así que tuvimos que conformarnos con verlo desde el exterior y visitar, parcialmente, sus jardines.

Cuando culminen la cuarta y última fase de las obras, el Castillo acogerá un centro de Interpretación de la Historia de la ciudad y la Piratería, con el fin de recrear los ataques piratas en la costa de Castelldefels de forma interactiva.

Prometo volver cuándo esté definitivamente terminado!

El Tibidabo, la Montaña Mágica

Desde niña, en especial desde que leí el magnifico libro de Eduardo Mendoza, La Ciudad de los Prodigios, me fascina todo lo relacionado con la construcción del emblemático Parque del Tibidabo.

He tenido ocasión de subir hasta allí en más de una ocasión, pero esta vez era especial, ya que DerSpion no había estado nunca, y a mi me apasionaba poder contarle todas mis aventuras allí.

Así que el 24 de junio, una mañana tranquila en Barcelona, después de los atronadores petardos de la noche de Sant Joan, nos dispusimos a subir hasta allí y poder contemplarlo en todo su esplendor.

En este enlace podéis consultar todo lo relativo al Parque de Atracciones, horarios, tarifas y medidas covid-19 que se están aplicando en la actualidad.

El Parque, inaugurado en 1899, es el más antiguo de España, y uno de los primeros construidos en Europa.

Todavía continúan en funcionamiento algunas de sus primeras atracciones, como el avión, uno de los primeros simuladores de vuelo que se impulsa con su propia hélice, el Museo de los Autómatas, con más de 40 piezas de los siglos XIX y XX, o la Talaia, una estructura con más de 90 años que sube a sus visitantes a 50 metros de altura.

El Templo del Sagrado Corazón

Nosotros decidimos no entrar al parque –ya tenemos una edad, jajajaja– pero a cambio si entramos a visitar el precioso Templo.

El Templo del Sagrado Corazón es un edificio monumental de estilo neogótico coronado por una estatua de bronce del Sagrado Corazón.

Un ascensor permite la subida hasta la parte superior del templo, desde la que se puede disfrutar de unas privilegiadas vistas de la ciudad.

El coste nominal es de 4 € por persona, y merece mucho la pena.

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