Hace ahora un año estábamos deshojando la margarita sobre el barco y la ruta a elegir para nuestro crucero veraniego.
Como sabéis, viajo con frecuencia con mi madre, que tiene serios problemas de movilidad y se desplaza en silla de ruedas, por lo que a la hora de planificar un crucero son muchos los detalles que debemos mirar: que el barco tenga camarotes accesibles, que las escalas no sean en tender -ya que es casi imposible que podamos bajar-, etc, etc.
Teníamos ganas de conocer la naviera Fred Olsen toda vez que por lo leído en diferentes Foros de cruceros y blogs de viajes, parecía totalmente indicada para lo que buscábamos.
En España se comercializa a través de la mayorista Un Mundo de Cruceros.
La ruta elegida, pese a llevar un montón de cruceros realizados, era totalmente novedosa para nosotras: Newcastle, tránsito por el Canal de Kiel, Kiel, Wismar, Hamburgo, navegación por los ríos Elbe y Weser, Bremen y regreso al Port of Tyne, en Newcastle.
El primer inconveniente lo tuvimos a la hora de formalizar la reserva, ya que Fred Olsen únicamente admite un determinado número de pasajeros en silla de ruedas, pero gracias a la buena gestión de nuestra Agencia de Viajes, Zafiro Tours Calafell, conseguimos solventarlo y que nos lo permitiesen, no sin antes cubrir un extenso y farragoso cuestionario en inglés, que tuvimos que enviar a la naviera antes del embarque, detallando desde las dimensiones y el peso de la silla de ruedas hasta el historial médico de la persona con discapacidad.
Además, Fred Olsen te advierte, “gentilmente” y con poco margen de maniobra -unos días antes de zarpar-, que no tendrás asistencia en los puertos de destino, únicamente en el embarque y el desembarque.
Pese a ello, y como somos aventureras por naturaleza, nos liamos la manta a la cabeza, y el 14 de agosto de 2017 subíamos a bordo del Balmoral, tras un par de días de estancia previa en Newcastle.
El barco nos enamoró desde el primer momento. Pese a tener una edad -fue construído en 1998- se encuentra en perfecto estado de conservación, siendo su última remodelación en 2007.
Tiene algo menos de 45.000 toneladas y capacidad para 1300 pasajeros, y unas estancias muy agradables.
Es un barco, y me atrevo a decir una naviera, dirigida a personas de edad avanzada, por lo que prima la tranquilidad y el ambiente relajado.
Desde ya os digo que no es la más adecuada para viajar con niños y ni siquiera me atrevería a recomendarla a la mayoría de las personas que conozco, salvo que les encante navegar, como a mí, porque correrían el riesgo de aburrirse a bordo.
Elegimos un camarote exterior, pero como todos los camarotes para pasajeros con discapacidad, tenía la vista obstruída por un tender.
Se notaban los años del barco en la decoración y las comodidades del camarote, pero nosotras estuvimos muy a gusto en él.
Continuará …
Si tuvieses que compararlo con una naviera más conocida con cuál lo harías?
Con Holland, sin duda