¡Y por fin llegó el día de embarcar!
Los que seguís el Blog sabéis que el motivo de nuestra estancia en Singapur durante unos días a principios de febrero se debía a que era el puerto de embarque de nuestra nueva aventura cruceril.
Tras deshojar la margarita, al final nos decantamos por un crucero de cinco noches por el Sudeste Asiático, con una naviera ya conocida por nosotros, Princess Cruises, y a bordo de un barco, el Sapphire Princess, muy similar al Crown Princess, con el que hace unos años navegamos en un crucero de doce noches por las Islas Británicas.
Esta vez nos acompañaba un matrimonio amigo, que se embarcaban por primera vez en un barco de crucero, y eso pesó en la decisión de elegir un buen barco, de tamaño medio, con una buena ratio pasajeros-tripulantes, y que además, había sido remodelado recientemente, en marzo de 2018.
Asi que tras disfrutar del último desayuno en el Destination Beach Road Singapore, nos dirigimos en un transfer contratado en el Hotel, al puerto de embarque.
Los barcos de crucero salen de la terminal de Harbour Front, una moderna terminal, con todas las facilidades para garantizar un embarque ordenado y ágil.
Los trámites del check-in fueron rapidísimos y en menos de media hora estábamos a bordo.
Habíamos reservado, a través de nuestra agencia de viajes, Zafiro Tours Calafell, dos camarotes interiores garantizados, pero tuvimos mucha suerte con la asignación de los mismos, en la cubierta 9, Dolphin, y muy centrados al medio del barco, lo que facilita el acceso a los ascensores.
Los camarotes interiores en Princess son pequeños pero disponen de un amplio vestidor, con muchísima capacidad de almacenamiento, lo que resulta sumamente cómodo.
Disponen, además, de muchas facilidades, que incluyen albornoces, televisión de pantalla plana interactiva, mini-bar, servicio de habitaciones 24 horas gratuito, caja fuerte, amenities en el baño, etc.
Tras instalarnos en nuestros camarotes, nos dispusimos a dar un paseo por el barco, para irnos familiarizando con sus instalaciones.
El Sapphire Princess es un barco que, en ocupación plena, tiene una capacidad para 3.100 pasajeros, pero en ningún momento tuvimos sensación de masificación, ya que los espacios están muy bien repartidos.
En nuestra salida, pese a ser un barco orientado al mercado chino, el pasaje se dividía al 50 % entre orientales (mayoritariamente chinos) y occidentales, mayoritariamente americanos y australianos, aunque también había muchos pasajeros ingleses.
Creo que españoles eramos los únicos a bordo!
El idioma a bordo es el inglés, aunque los anuncios por megafonia los dan también en chino, por lo que no es un barco recomendado para personas que no se defiendan minimamente en inglés.
En sucesivas entradas del Blog iré desgranando aspectos importantes del barco, como la gastronomía, la animación a bordo, las instalaciones, etc.
Nuestra impresión general después de haber navegado en él es que, pese a haber sido remodelado recientemente, necesita un nuevo lavado de cara, pero me temo que eso le ocurre a todos los barcos que actualmente se destinan al mercado chino, con independencia de la naviera elegida.
El servicio a bordo no está a la altura de lo que uno se espera en una naviera como Princess, pero creo que los standares de calidad se relajan también para ese mercado, menos exigente que el europeo.
La gastronomía, aunque siempre había platos fijos en la carta de corte más internacional, está también fundamentalmente orientada a los gustos orientales.
Como ejemplo, nuestra primera cena a bordo, en la que podías optar por diferentes platos asiáticos, aunque también había una gran variedad de platos de gastronomía internacional.
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