¡Facebook me ha recordado estos días que hace dos años hicimos una mini escapada primaveral a Praga!
El 9 de marzo de 2017 volabamos a Basilea desde el Aeropuerto de Santiago de Compostela con EsayJet.
Solemos utilizar esta aerolínea en nuestras escapadas viajeras, ya que nos ofrece buenas conexiones desde el hub de Basilea a otros lugares de Europa, a muy buenos precios con salida desde el Aeropuerto de SCQ.
Asi que a las 11.45 a.m aterrizabamos en el EuroAirport Basel Mulhouse Freiburg, dispuestos a dar un paseo por su centro histórico, ya que la conexión implicaba una noche en la ciudad a la ida y otra a la vuelta.
Basilea es una preciosa ciudad suiza, en la frontera con Alemania, Francia y Suiza, a orillas del Rin, muy cerca de Alsacia y Baden, por lo que constituye un buen punto para conocer toda la zona.
Pero en esta ocasión, como en las anteriores, la estancia era tan justa que únicamente nos daría tiempo a seguir descubriendo la ciudad.
El aeropuerto está ubicado en territorio francés, pero el centro de Basilea está a 6 kilómetros de distancia (12 minutos) del aeropuerto, y además hay un buen servicio de autobuses, la línea 50, con un montón de frecuencias.
Aquí podéis consultar los horarios.
Habíamos elegido para la ocasión el Hotel Ibis budget Basel City, un hotel económico, con habitaciones diminutas, pero que resulta una buena solución para pasar una noche en una ciudad tan cara como Basilea.
Y una vez instalados, salimos a pasear por la preciosa Basel.
Con aproximadamente 200.000 habitantes, su situación estratégica ha sido aprovechada para el crecimiento económico, siendo, además, el centro de la industria farmacéutica mundial.
De su pasado conserva algunos bellos edificios, su notable actividad ferial, y un típico carnaval, el único que sobrevivió en territorio protestante, que se acababa de celebrar los días anteriores en la ciudad, entre el 6 y el 8 de marzo.
¡Todavía estaban las calles llenas de confetis!
Por lo que he leído por ahí es la fiesta popular más importante para los habitantes de Basilea, llamado “Basler Fasnacht”, y se celebra el lunes después del miércoles de ceniza desde primeras horas de la madrugada (“Morgenstraich”).
A las cuatro se apagan todas las luces en la ciudad, comenzando un desfile muy animado y vistoso. ¡Que pena no haber llegado un par de días antes!
Basilea fue fundada por los romanos en el año 44 a. de C., quedando posteriormente vinculada al imperio germánico, aunque con un príncipe obispo.
Su Universidad, fundada en el siglo XV, es la más antigua de las existentes en Suiza, y la ciudad tiene una intensa vida cultural, con más de treinta museos, entre los que destaca el de Bellas Artes, Kunstmuseum, el museo más grande de Suiza, que posee una magnífica colección pictórica del XVI y XVII, junto a esculturas de Rodin, Chillida y Calder en su patio de entrada, que visitamos en un viaje anterior.
A orillas del rio está también el Museo Tinguely, junto al parque de la Solitude, y en las afueras de la ciudad, la Beyeler Foundation, en la que se exponen cuadros de Picasso, Monet, Cezanne, Bacon, Klee, Giacometti, etc.
La catedral de Basilea está construida sobre los restos de una antigua catedral carolingia, que fue destruida en el 917 tras una invasión húngara. En 1019 se inauguró una nueva, de estilo románico, que fue destruida por un incendio en 1185, reconstruyéndose durante los siglos XII al XV.
De su pasado románico conserva todavía una parte en el interior y los capiteles de la nave central.
La puerta de Saint Gall, también románica, está catalogada como una de las mejores portadas románicas del norte de los Alpes.
La Markplatz o Plaza del Mercado es otro de los puntos neurálgicos de la ciudad, y en ella se puede visitar la Casa de la Ciudad, con una interesante sala de Sesiones.
Pero nosotros aprovechamos el anochecer para disfrutar de una de las zonas más tranquilas de la ciudad, a orillas del Rin.
El Oberer Rheinweg es un paseo paralelo al río desde el que se pueden contemplar unas impresionantes vistas de Basilea.
También es muy interesante la Fuente gótica en Fischmarkt, la Plaza del Mercado de pescado, muy cerca de la calle Spalemberg y de la Plaza de Andreasplatz.
Es un barrio lleno de casas tradicionales y tiendas de antigüedades y artesanía.
Basilea también es muy conocida por la música, tanto clásica como por su festival de Jazz.
Todo el entorno central de la ciudad es agradable para el paseo y también para hacer compras.
Además, el transporte público es gratuito para los turistas, ya que en el momento de hacer el check-in en los hoteles te entregan un bono que puedes utilizar durante toda la estancia en la ciudad.
Hay una BaselCard que permite el acceso a museos, el zoológico, descuentos en restaurantes, alquiler de coches, compras, etc.
Aunque carísima, como todo en Suiza, es una ciudad que merece la pena visitar.
Se nota que la edad me hace perder facultades, porque no recuerdo qué comimos ni dónde ese día, y tampoco tengo ninguna foto, pero si recuerdo que salió tan caro que por la noche decidimos comprar algo en el supermercado cercano y utilizar los servicios de microondas que hay en el lobby del Hotel.
Al día siguiente tocaba madrugar para poner rumbo a Praga!