Día 8. Primer día en la bahía de Ha Long

¡Por fin llegaba uno de los días más esperados de todo el viaje!

¡Nos vamos a la Bahía de Ha Long!

La bahía de Ha Long (en vietnamita: Vịnh Hạ Long) es una gigantesca extensión de agua, de más de 1500 kilometros cuadrados, situada al norte de Vietnam, provincia de Quang Ninh, en el golfo de Tonkín, famosa en el mundo entero por sus peculiares formaciones kársticas y la multitud de islas que la configuran.

Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994 y se encuentra entre una de las siete maravillas naturales del mundo.

La leyenda cuenta que cuando el pueblo vietnamita luchaba contra los invasores chinos, el Emperador de Jade envió a la zona una familia de dragones para ayudarles en la defensa.

Estos dragones escupían joyas y jade que se convirtieron en las islas e islotes de la bahía, uniéndose para formar una gran muralla frente a los chinos y hundir sus barcos.

Durante la planificación del viaje dudamos entre pasar una o dos noches a bordo de uno de los juncos que navegan por la mítica bahía, pero al final optamos por reservar, con una agencia local, Classy Travel Vietnam, un crucero tour de tres días dos noches a bordo del Stella Cruises.

A la hora fijada, el guia nos recogió en el hotel, dónde tuvieron la gentileza de permitirnos dejar parte del equipaje, que recogeríamos al regreso a Hanoi.

El viaje en mini bus, con una duración de tres horas y media aproximadamente, resulta agradable, pese a que las autovías vietnamitas son un caos de tráfico.

Tras una parada a mitad de camino para desayunar, estirar las piernas y hacer alguna compra de artesanía, proseguimos viaje hasta la marina de Tuan Chau, dónde embarcamos en nuestro junco, el Stella.

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Tras la bienvenida a bordo nos dirigimos a nuestro camarote, una amplia suite con balcón, pudiendo después disfrutar nuestro primera comida en el Stella, consistente en platos tradicionales vietnamitas.

Después de comer, embarcamos en un pequeño barco para dirigirnos a Titop Island, dónde los más intrépidos ascendieron a la cima del islote, que dispone de un mirador con unas inmejorbles vistas de la Bahía,  y el resto disfrutamos de un rato de relax en la playa, que pese a su espectacularidad, no es apta para el baño, debido a la alta concentración de fuel que expulsan los miles de barcos que hay en la zona.

Tuvimos también ocasión de disfrutar de un agradable paseo en una embarcación tradicional por las aguas de la bahía, mientras otros huéspedes se animaban a hacer kayak por libre, todas estas opciones incluidas en el precio del crucero.

De regreso al Stella, fiesta del anochecer en la cubierta, con bebidas de cortesía y aperitivos, y primera cena a bordo, dónde conocimos a nuestros amigos Angel y su pareja, ella china y él hindú; a Mariam, española, y a su amiga Malgorzata, de Polonia, así como a una simpática pareja de Bristol, con quienes compartimos unos ratos muy divertidos a bordo.

Un beso enorme para todos ellos desde aquí!

La noche terminó tarde, disfrutando de una agradable velada en el camarote de nuestra amiga Angel, aderezada con whisky y coca-cola, y amenizada con una buena selección musical mientras caía una impresionante tormenta sobre las aguas de la Bahía

¡El mejor entorno para disfrutar de una buena compañía!

 

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