Tras habernos estrenado el pasado año con un viaje a Vietnam, habíamos decidido continuar conociendo el sudeste asiático en nuestras vacaciones de invierno, esta vez combinando unos días de estancia en Singapur con un crucero por Malasia y Tailandia.
Elegimos un crucero de cinco noches a bordo del Saphire Princess y convencimos a un matrimonio amigo para que se uniesen a la aventura.
Asi que el miércoles 6 de febrero poníamos rumbo a Singapur, desde Madrid con escala en Estambul, a bordo de un avion de Turkish Airlines.

Ya conociamos esta aerolínea de otras ocasiones en las que viajamos a Estambul y lo cierto es que no nos defraudó en absoluto.
Las largas horas de vuelo se nos hicieron bastante amenas mientras disfrutabamos del catering a bordo y de un completo sistema de entretenimiento.



La escala en Estambul fue corta, de apenas una hora, pero con el tiempo suficiente para cambiar de avión, ya que a la ida (no sería así a la vuelta) no es necesario pasar ningún tipo de control de pasaportes si estás en tránsito.

Por fin llegábamos al aeropuerto Changi, de Singapur, a las 17.15 del jueves 7 de febrero, hora local.
Los trámites aduaneros fueron también muy sencillos, ni siquiera nos revisaron el equipaje de mano, y además tuvimos suerte de que no nos incautasen las cuatro cajetillas de tabaco que llevabamos, ya que habíamos leído que está completamente prohibido introducir tabaco en el país.
Ya con el equipaje en nuestro poder, contratamos, en un mostrador de Changi Recommends, una minivan para trasladarnos al hotel, por un total de 60,00 dólares de Singapur y aprovechamos para comprar una tarjeta sim para el móvil, la Hi Tourist Sim, que por 30 dólares te ofrece 100 GB de conexión a Internet, acceso ilimitado a Facebook, WhatsApp y otras redes sociales, llamadas locales ilimitadas, 90 minutos de llamadas internacionales (lo que te permite poder hablar con España a diario sin pagar las altas tarifas de roaming de tu operador), 3 GB de roaming en Malaysia, Tailandia, Australia e Indonesia y una validez de doce días.
El trayecto hasta el hotel fue agradable y rápido, Singapore es una ciudad con un tráfico ordenado y apenas atascos.
Habíamos elegido para las tres noches pre-crucero un agradable hotel en las proximidades de Kampong Glam, el barrio árabe de Singapur.
Sin demasiadas pretensiones, el Destination Beach Road Singapore cumplió nuestras expectativas, aunque las habitaciones, como en la mayoría de los hoteles de 4 estrellas de la ciudad, eran bastante pequeñas.




Una vez instalados en el hotel, y tras una refrescante ducha, salimos a pasear por las inmediaciones, el Arab Quarter, dónde pudimos ver iluminada la Mezquita del Sultán, construida en 1924 por Denis Santry, la más bonita e importante de Singapur.





Tras unas cervezas, tocaba cenar y el primer contacto con la gastronomía asiática, así que elegimos un restaurante thai en la calle Arab Street, que no nos llegó a convencer del todo.





El día había sido largo, así que tras la cena nos fuimos a dormir.
Continuará!