Un día de navegación en el Ryndam de Holland América
El segundo día tocaba navegación, y aprovechamos para descansar y disfrutar de la piscina, ya que tuvimos un tiempo excepcional durante todo el crucero
El bloody mary estaba de muerte pero la siesta que se pegó mi madre fue también de escándalo
Por la tarde nos fuimos al spa. El primer día habíamos contratado el acceso a la suite termal para todo el cruise por un total de 300 dólares la pareja, y creo que fue una buena inversión, ya que lo aprovechamos a diario, tras la piscina y antes de ir a cenar.
Tras el rato de relax nos arreglamos para ir a cenar.
Cenando en turno libre
Teníamos asignado el turno libre
y aunque prefiero con creces el turno fijo, en nuestro caso no resultó del todo mal, dadas las innumerables críticas que había leído antes, durante y después sobre este tema
Desde el primer día adopté la precaución de reservar las mesas a primera hora de la mañana, al levantarme, ya que permiten hacer reservas para los tres días siguientes.
Eso hizo que no tuviéramos ningún problema de espera con el famoso “busca”, salvo dos noches en las que, pese a mi temprana llamada, el comedor estaba full para la hora que nosotros solíamos cenar (en torno a las 20.30)
Así que ambas noches tuvimos que acudir al comedor, hacernos con el dichoso aparatito y esperar, tomando un vino en el Ocean Bar, a que emitiese sus estridentes pitidos
aunque en ambos casos la espera no demoró más de 30 minutos.
Esto es lo que nos cenamos esa segunda noche, que además era la primera noche de gala
Sobre la vestimenta en las galas, decir que en Holland América, como en el resto de navieras, son cada vez más light y no tienen el glamour que hemos visto en otras épocas
Apenas había vestidos largos ni esmoquins, y tampoco trajes escoceses ni kimonos
Lo que más abundaba eran hombres con traje en muchos casos sin corbata, y mujeres con vestidos tipo cóctel, e incluso con vestidos de los que suelo utilizar para ir a la oficina
Esa noche, como el cansancio que habíamos acumulado durante el día de navegación era enorme
decidimos irnos a dormir pronto, ya que al día siguiente nos esperaba Oslo.