Era nuestro último día en Marrakech, pero decidimos tomarlo con calma y disfrutar la mañana.
Tras un copioso desayuno en el Riad Losra, subimos a la terraza, para echar un último vistazo a los tejados marrakechís.
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Al salir del Riad, como teníamos toda la mañana por delante, paseamos sin rumbo fijo, fotografiando escenas para nosotros curiosas pero que forman parte de la vida cotidiana en la ciudad, para terminar sentándonos, una vez más, en una terraza de la Plaza de Jamaa el Fna, verdadero corazón de Marrakech.
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Y callejeando se nos echó encima la hora de comer, asi que optamos por un restaurante del que habíamos leído muy buenas críticas, y que no nos desfraudó en absoluto, el Roti D´or.
