Como adelanté en mi relato sobre el Costa Fortuna, este año tendríamos el privilegio de disfrutar de dos cruceros en el mismo año y con poco más de un mes diferencia. Esto hizo que (aunque las comparaciones son odiosas) no pudiésemos evitar hacer comparaciones entre Costa y MSC. El Costa Fortuna estaba muy cerca en el tiempo y no había sido lo que nosotros esperábamos así que íbamos a la expectativa de lo que pudiésemos encontrarnos.
Viajamos en MSC porque hacía mucho tiempo que tenía ganas de ir a Cabo Norte y el MSC Preziosa se adaptaba a nuestro presupuesto, fechas y recorrido. Es nuestro primer MSC y nuestro primer crucero de 15 días.
Nuestro itinerario, a pesar de ser 15 días de crucero, sólo tiene 7 escalas (cosa que a priori a mi personalmente me echaba un poco para atrás, pero que ahora me alegro de haberlo hecho así); éstas son: Hamburgo-Navegación-Alesund-Navegación-Tromso-Navegación-Navegación-Longyearbyen-Navegación-Honninsgvag-Navegación-Geiranger/Hellesyt-Haugesund-Navegación-Hamburgo.
Los vuelos los contratamos por nuestra cuenta volando el día de antes a Hamburgo y cogiendo una noche de hotel y, sin más preámbulos, iniciamos nuestras vacaciones.
El sábado a primera hora de la mañana teníamos nuestro vuelo con destino a Hamburgo, el cual transcurrió sin ningún contratiempo. A la llegada a Hamburgo cogimos en el mismo aeropuerto el tren S1 con destino a la estación Central y desde allí a la parada de nuestro hotel. Nada que destacar del hotel, sencillo y suficiente para una noche sin más pretensiones. Hacemos el check-in y nos ponemos rumbo al centro de Hamburgo.
Para ir al centro se coge el S-1 y hay 10 paradas. Los trenes pasan cada 10 minutos. La estación está ubicada frente a las terminales del aeropuerto.
Los billetes se cogen en las máquinas que se pueden poner en español y a partir de las 09.00h de la mañana se puede coger el billete de grupo para todo el día por alrededor de 12 euros. Los viajes son ilimitados. También se pueden comprar en las estaciones. El billete se llama “9-Uhr-Gruppen-karte”.
Una vez habíamos terminado de acomodar las cosas en nuestra habitación, nos dirigimos de nuevo a coger el tren y bajamos en la estación Central.
Empezamos nuestro recorrido pasando por el Ayuntamiento, los Lagos Alster, las diferentes iglesias como la St Jacobi, Santa Catalina, San Nicolás, San Miguel y la Catedral de San Pedro. Después de comer pasamos por Speicherstadt(zona cerca del puerto con antiguos almacenes y unos canales muy bonitos), Puente Trostbucke, Casa de Chile, Chocoversum, Calle Deichstrasse nº 25, Calle Oberbaunbrucke, desde donde se ve uno de los canales más bonitos de Hamburgo.
El famoso edificio de la Filarmónica nos conformamos con verlo de lejos. El tiempo no daba para más.
Ese día había sido muy intenso (habíamos disfrutado también de la fiesta del Día del Orgullo Gay que se celebraba ese fin de semana) y sentíamos que debíamos retinarnos.
Al día siguiente nos esperaba el Preziosa pero antes tendríamos tiempo de visitar algo más de Hamburgo.
Al día siguiente nos levantamos muy temprano, pero nos frustramos enseguida: había amanecido lloviendo y… por suerte daban buen tiempo para el resto de día, así que eso nos animó. Esperamos a ver si paraba y enseguida que lo hizo ya estábamos en marcha hacia el barrio de St. Pauli con sus pintorescos rincones. Ya estaban recogiendo los restos que habían dejado los “fiesteros” del sábado noche.
Vimos el poco ambiente que ya iba quedando pero que todavía duraba de la noche (y comprobamos eso que dicen que en ese barrio nunca se acaba la fiesta…)
De aquí pusimos rumbo hacia el Mercado del Pescado donde había un grupo tocando y que llama la atención el sitio donde está ubicado. En el camino hacia el mercado nos encontramos con las Solpehesteiner (las placas en el suelo con los nombres de las familias judías quelos nazis se llevaron de sus casas).
Continuamos haciendo la ladera del río Elba y nos fuimos encontrando: Cap San Diego (barco museo restaurado que se encuentra anclado en el puerto de Hamburgo) se puede visitar pero nosotros no tuvimos tiempo. Alter Elbtunnel (tiene casi medio km de longitud y está situado a unos 25 metros de profundidad, bajo el río Elba), nosotros cogimos el ascensor e hicimos el recorrido de ida y vuelta.
Una vez terminamos con el recorrido seguimos paseando hasta volver a la zona de Speicherstadt.
Y ahora sí, era hora de comer y de volver al hotel a por nuestro equipaje para abordar el Preziosa sin más retraso.
Había estudiado las diferentes opciones para el traslado desde el centro al puerto de atraque pero no había ninguna que me convenciese (si no por un motivo por otro), y tuvimos la suerte que en la explanada que hay delante de la entrada a la Estación Central había una carpa de MSC que por 5,00€ por persona nos llevaba a pie de barco. Así que ahí delante teníamos la opción que más nos interesaba: cómoda, rápida y nada cara.
Los autobuses iban llegando y a medida que se llenaban se iban hacia el puerto. El único inconveniente es que su capacidad de bodega era muy limitada y se iban casi vacíos teniendo que esperar al siguiente bus pero para nosotros la espera no fue de más de 15 minutos.
Una vez en el puerto cogimos el equipaje de mano y del otro nos olvidamos. El check-in fue rápido, ágil y con la atención en castellano (nada que objetar).
El barco zarpaba tarde… sobre las 22.00h, nosotros antes de las 17.00h ya estábamos abordo así que llegamos con tiempo de sobras para inspeccionar el barco, ver el camarote, ducharnos y bajar a cenar sin ninguna prisa.
Habíamos pedido mesa para 6 comensales y coincidimos con una pareja de Madrid y otra de Granollers (Barcelona) con los que hicimos muy buenas migas y disfrutaríamos de las veladas venideras.
Nuestro planning de cada noche será más o menos el mismo así que no repetiré cada día lo mismo para no hacerme repetitiva. Nuestro planning era: espectáculo, clase de baile, cena, copita y discoteca disfrutando de los espectáculos que nos regalaba el universo (noches blancas, etc.)
El segundo día tocaba navegación y estuvimos entretenidos con el equipo de animación que era fantástico… los más activos eran los italianos y los pocos españoles que “poblábamos” el Preziosa.
Era el tercer día a bordo del Preziosa y nuestra primera escala: ALESUND
El barco atracó pronto y bajamos de los primeros. Como en esta escala no es necesario medio de transporte fuimos paseando hasta el pie del monte Aksla y desde ahí subiendo las pertinentes escaleras llegamos al mirador. Como era de esperar las vistas inmejorables y teniendo en cuenta que nos hizo un tiempo estupendo las disfrutamos más si cabe.
Al bajar lo hicimos por la parte de atrás asomándonos a los bunkers de la Segunda Guerra Mundial, paseamos por el puerto y disfrutamos del Art Noveau.
Como la escala daba de sí bastante, nos decidimos por algo que dependía de la climatología, subir al Sukkertoppen. No llegamos a hacer cima porque cometimos el error de no coger el autobús que nos cruzaba a los pies de la montaña, con lo cual el tiempo que perdimos en cruzar andando, más luego el de regreso al barco, fue el que nos faltó para llegar arriba del todo. Pero nos quedamos bien satisfechos hasta donde llegamos.
Y a la salida...
La siguiente escala después de un día de navegación fue TROMSO
El Preziosa volvió a atracar pronto y con ello volvimos a aprovechar bien el día. El barco atracó como a unos cuatro km del centro de la ciudad con lo cual necesitábamos trasladarnos al centro y nos decantamos por coger el autobús urbano que pasa muy cerca. Salimos del término portuario y cruzamos la autovía por un subterráneo (que no tiene pérdida) y ahí estaba la parada del autobús nº 42. En esta parada cogimos otro autobús (que ahora no recuerdo el número) y que nos dejó cerquísima del funicular para subir al mirador del monte Storsteinen.
Nos ahorramos cruzar el puente de Tromso, que une la isla con el continente (donde está la famosa Catedral Ártica). En caso de que el segundo autobús no hubiese pasado en aquel momento hubiésemos ido andando porque queríamos llegar lo antes posible para evitar largas colas.
Cuando llegamos en la cola habría unas 25 personas y subimos bastante rápido. No les pasó lo mismo a los que esperaban cuando nosotros ya bajamos después de dos horas arriba. Las colas eran inmensas.
Arriba hay unas vistas espectaculares.
Cuando bajamos también en funicular estuvimos paseando por la ciudad pudiendo disfrutar de la Estatua de Amundsen, Catedral Artica(ésta sólo por fuera), la iglesiay el puerto.
Una vez terminado todo el circuito decidimos volver al barco. Se notaba que íbamos dirección norte. A pesar del sol que nos acompañaba se apreciaba la bajada de la temperatura.
Volvimos a coger el autobús nº42 que nos dejó en el mismo sitio que donde lo habíamos cogido por la mañana, sólo que, en este caso, no tuvimos que cruzar la autovía.
Llegamos con tiempo suficiente para comer en el restaurante del barco.
Y después de dos días seguidos de navegación llegamos a LONGYEARBYEN
En esta escala contratamos la excursión con el barco porque, a pesar de que no es nuestra opción casi nunca, queríamos ir al glacial y era la única opción ya que todos los barquitos los contrata MSC y no hay manera de hacerla por libre.
Así que poco que comentar, nos citaron en el teatro y de allí cogimos el barquito rumbo al glacial.
Durante la travesía vimos bastante fauna (un zorro polar, renos, belugas…)
Comimos en el barco reno y salmón.
Y por la tarde de regreso paramos en la ciudad abandonada de Piramyden (curiosa la visita, sin más).
La temperatura había bajado empicado y la sensación térmica en el glacial era de frío frío… la ropa de nieve que llevábamos no era suficiente en absoluto.
A la vuelta seguimos disfrutando de aquellos hermosos paisajes, a pesar del frío.
Una vez llegamos a puerto visitamos el pueblo de Longyearbyen. No tenía nada de especial así que volvimos al Preziosa cansadísimos pero muy contentos de nuestra elección.
Por la noche el capitán nos tenía guardada una sorpresa… Pasaríamos con el Preziosa en nuestra travesía rumbo a la siguiente escala. Lo cual quiere decir que podríamos volver a disfrutar del glacial en “plena noche”. Son esas cosas que nunca quedan reflejadas en el objetivo de una cámara. Definitivamente este crucero estaba siendo inolvidable.
Y esa noche desde la discoteca...
Con otro día de navegación por medio llegamos a HONNINSGVAG
Hacía muchísimo tiempo que andaba detrás de esta escala y nunca se ponía a tiro por un motivo o por otro.
Llevábamos más de la mitad del crucero y habíamos disfrutado de un tiempo excepcional, con un sol espléndido pero al llegar a CABO NORTE todo se torció. Tanto tiempo esperando esta escala, mi escala estrella… y nos salió con niebla… Cuando llegamos a puerto sobre las 13.00h ya vi que aquella niebla no se levantaría en todo el día, estaba muy baja y era muy espesa y me decepcioné… vaya si me decepcioné, pero bueno… estaba ahí (que no era poco) y tenía que aprovecharlo, así que yo misma me levanté el ánimo y empezamos a exprimir el tiempo. Había contratado la visita a Cabo Norte con la oficina de Turismo a las 18.00h así que teníamos tiempo suficiente para dar una vuelta por Honninsgvag, visitar el Ice Bar y pasar por la oficina de Turismo para que nos canjeasen el email por los billetes y nos dijesen cual era nuestro autobús (menos mal que fuimos nada más salir del barco, cuando salíamos estaba llena de gente y por la tarde cuando cogimos el autobús ya estaba cerrada).
A las 18.00h puntuales cual reloj suizo el autobús se puso en marcha rumbo a Cabo Norte. Salió del parking que hay justo donde está la Oficina de Turismo.
El trayecto fue muy bonito, aunque con la lluvia no lo pudimos disfrutar en su plenitud. De camino paramos en un poblado donde había un nativo con un reno (la turistada de turno). No estuvimos mucho rato.
Volvimos al autobús y llegamos a Cabo Norte. Entramos al recinto (la entrada estaba incluída en la excursión) y disfrutamos de las estancias. Y la Bola… la famosa Bola… los acantilados nos los tuvimos que imaginar pero bueno… yo con pensar que estaba donde hacía mucho tiempo quería estar ya me conformaba.
A la hora establecida salimos de regreso al barco. Esta vez tardamos menos ya que fuimos directamente. Seguía lloviznando… así que a la vuelta tampoco pudimos disfrutar de las panorámicas.
Y esa noche desde la cubierta de la piscina hicimos estas fotos...
Se acabó la escala de Cabo Norte y se acabó el mal tiempo. Con un día de navegación llegamos a GEIRANGER/HELLESYLT
Con un sol radiante nos recibió Geiranger (que ya conocíamos). La vez anterior bajamos en tenders pero esta vez habían inaugurado una pasarela flotante que a todas luces era más cómoda que los tenders.
No programé nada, pero llevaba la idea de ir al mirador de Flydalsjuve (que la vez anterior no nos dio tiempo) si la meteorología lo permitía. Y como lo permitió al bajar a puerto nos ofrecieron una excursión que nos cuadraba perfectamente igual que la del bus turístico, sólo que más barata y el autobús salía antes que el turístico. Así que sin darle más vueltas nos decantamos por ésta.
No nos pudimos entretener mucho porque el autobús salía enseguida así que esperamos en el lugar donde nos habían dicho que salía el autobús. Salimos puntuales y de camino al mirador de Flydalsjuve paramos en el mirador de Ornevegen.
A la vuelta nos dio tiempo de sobras de pasear, disfrutar de Geiranger y subir a la cascada del pueblo.
Por la tarde zarpamos hacia Hellesylt disfrutando de la navegación por el fiordo (me gustó la primera vez y me encantó la segunda).
Al llegar a Hellesylt no pudimos bajar del barco porque era una parada técnica para que subiesen los pasajeros con excursiones contratadas con el barco.
Sigo pensando que esta escala, de todo lo que conozco de Fiordos Noruegos, es la que más me gusta.
No hemos tenido día de navegación para llegar a HAUGESUND
En esta escala el tiempo no fue tan espléndido como los días anteriores pero nos respetó y no llovió. Los paisajes no son iguales pero dado los lares en los que nos encontramos no podemos quejarnos.
Llegamos a puerto sobre las 10.00h y salimos de los primeros (como de costumbre).Teníamos previsto visitar el pueblecito de Skudeneshavn.
El puerto está a casi un kilómetro del centro.Desde pie de barco había lanzaderas del puerto que de manera gratuita dejaban en el centro de la ciudad, al lado de la iglesia de Haugesund, así que el traslado estaba resuelto.
Una vez en el centro fuimos a la oficina de turismo donde nos vendieron los billetes ida y vuelta para ir a Skudenesvhavn.
Con los billetes en mano fuimos a la estación de autobuses y allí cogimos el nº 210 y también nos iba bien el 210x. Hay que estar atentos porque salen cada hora y llevar los horarios muy bien contralados. El trayecto es una hora y cuarto pero merece la pena. Paseamos por todo el pueblo y es realmente bonito. Lástima de las nubes que lo deslucieron. Con sol hubiese sido algo espectacular.
A la vuelta nos dio tiempo de recorrer Haugesund tanto la parte central como la pegada al puerto y pudimos contemplar:
Ayuntamiento de Haugesund
Estatua de los Cuatro Vientos
Haraldsgata: calle peatonal más larga de Noruega.
Paseo por el Puerto: casas con embarcadero.
Estatua de Marilyn Monroe:
Cuando terminamos de explorar volvimos al barco de la misma forma que habíamos ido: usando la lanzadera del puerto que la cogimos donde mismo nos había dejado.
Era nuestra última escala pero aún nos quedaba otro día de navegación hasta llegar a Hamburgo.
Lo aprovechamos al máximo. Nos pudimos despedir de todos nuestros camareros, compañeros de mesa, etc, etc. Preparamos el equipaje de forma muy relajada y la última noche como es costumbre, dejamos las maletas grandes en la puerta del camarote.
Había sido un crucero muy intenso, muy bien aprovechado y con un tiempo excepcional.
El día del desembarque sin ningún contratiempo, ni agobio, ni colas ni nada, desembarcamos y junto con un matrimonio canario que habíamos conocido en esos días compartimos taxi hasta el aeropuerto. Comimos una hamburguesa (en la ciudad que estábamos no podía ser de otra manera) y enseguida cogimos el vuelo de regreso.
Nos quedaba lo más duro de las vacaciones… la vuelta (suerte que aún nos quedaba otra semana de descanso, que además la necesitábamos).
En conclusión:
- MSC nos ha gustado y de momento la tenemos por encima de COSTA
- Los camareros tanto de restaurantes como de camarote han sido muy amables. Siempre muy atentos y nosotros sin ninguna queja. Con la atención a la que estamos acostumbrados en un crucero.
- El camarote un interior muy correcto aunque si es verdad que el armario para 15 días quizás se queda un poco justo, y a diferencia de Costa lo hacían dos veces al día. En la ducha había mampara.
- La temperatura del barco no era demasiado fría. Te permitía ir en manga corta aunque siempre por el día tenías que tener a mano una sudadera porque al salir a cubierta se notaba y por la noche en algunas estancias también aunque en este caso con una chaquetita fina de forma intermitente era suficiente.
- Las excursiones son carísimas. La que nosotros contratamos mereció la pena. Pero es cierto que si contratas en cada escala necesitas un buen monedero.
- La gastronomía en los restaurantes excelente. Del buffet no podemos opinar ya que lo usamos muy poco. Si no recuerdo mal el día de Longyearbyen para desayunar (que fuimos tan temprano que no había casi nadie) y el día de Honningsvag para cenar. Según nuestros compañeros de mesa a mediodía se masificaba bastante.
- La pasta y la pizza como buenos italianos la bordaban (y en el buffet siempre había), así como los capuchinos.
- El equipo de animación muy bueno a nuestro parecer
- El barco como su propio nombre indica “Prezioso”. Grande, pero en ningún momento se siente agobio y aglomeraciones. A pesar de tantos días de navegación siempre había un sitio donde tomar algo, descansar, escuchar música en directo, etc.
Por nuestra parte MSC está dentro de los posibles a pesar de que íbamos con reticencias por los comentarios que habíamos leído en algunos foros.
Y ahora habrá que esperar al próximo, que de momento no tiene fecha…
A valido la pena esperar
Vaya relato más chulo, me encanta como te explicas.
Las fotos espectaculares, es que con esos paisajes no pueden ser de otra manera
Una pena la niebla en Cabo Norte, pero aún. Tenemos unos amigos que fueron la semana antes que nosotros y en la foto están arriba y no se ve el final de la bola
Nosotros donde encontramos niebla fue en Tromso, tenían cerrado el funicular porque ya sabían que no levantaría
La semana pasada vimos un reportaje sobre Piramydem, nos resulto muy curioso nunca habíamos oído nada acerca de este pueblo- Ahora están renovando un hotel y ya tienen 8 habitaciones, pero vaya habitaciones.....
Muchas gracias por compartirlo con nosotros. Ahora a preparar el próximo
🤗 🤗 🤗 🤗 🤗
SALU2
Genial relato, Nini!
Me ha encantado! 😘 😘
Pese a haber hecho ya tres cruceros por Fiordos, todavía no hemos ido a Cabo Norte, es mi asignatura pendiente 😥
Pero apenas hay barcos que lo hagan o no me coincide por fechas 😪
Hasta ahora nunca me había parado a ver los recorridos de MSC, pero vistas tus conclusiones, y que lo pones por encima de Costa, a mi ya me vale, asi que le echaré un ojo a los recorridos por esa zona a ver si alguno me encaja en fechas.
Muchas gracias por compartir con nosotros tu viaje!
Ahora a preparar el próximo, que seguro ya teneis algo en mente y planeado!
Besos para los dos 😍 😍 😍
Buenas!!!!!
Otro estupendo relato Nini, muchas gracias por compartirlo.
Cuando fuimos nosotros a Cabo Norte con el Brilliance nos ocurrió "casi" lo mismo, fuimos por la tarde en un día gris, lluvioso y con niebla. Nos dejó el autobús y como había que esperar, creo que eran dos horas, para pillar el siguiente autobús de vuelta hicimos, como buenamente pudimos, algunas fotos de las monedas y la bola y entramos en el recinto cubierto a esperar, pero........ oh sorpresa!!!! en cuestión de 5 minutos dejó de llover, se levantó la niebla y salió el sol, entonces pudimos ver los acantilados y el resto de paisaje en todo su esplendor. Tuvimos una enorme suerte.