Aunque ya va a hacer dos años de nuestro viaje por Suiza no quería dejarlo en el tintero. Y ahora con todo el tiempo que tenemos habrá que aprovecharlo.
Vamos a ello!!!!!
Este año para nuestras primeras vacaciones hemos decidido que no vamos a depender ni de aviones ni de barcos. Iremos con nuestro coche e iremos a Suiza.
Tenemos 10 días, queremos ver muchas cosas así que tenemos que aprovecharlos a tope y lo vamos a hacer…
Mientras preparaba las excursiones durante el año, leía y releía y volvía a leer y siempre llegaba al mismo sitio: TENEMOS QUE LLEVAR PLANES A Y PLANES B.
Habíamos decidido dar prioridad a las montañas versus las ciudades pero para visitar montañas dependíamos exclusivamente de la meteorología y, como ya se sabe en cualquier montaña del mundo, aquella puede ser muy cambiante así que SI, hay que preparar PLAN A Y PLAN B para cada día.
La “logística” era fácil: reservé una casita rural tipo “la del abuelo de Heidi” en una aldea de 4 casas: “literal” cerca de Frutigen, para 6 días. Nuestros caseros vivían en la parte de arriba y la de abajo la habían habilitado como casa rural, con unas vistas a un valle impresionantes. Me decanté por esta zona porque estábamos a 1 hora de cualquiera de las visitas que llevábamos programadas y eso nos hacía los desplazamientos mucho más fáciles. Sólo Lucerna se nos quedaba más alejada pero sólo era una zona.
Necesitábamos Francos Suizos (CHF) porque había sitios que no admitían el pago con tarjeta, así que cambiamos 627€ que eran 700CHF.
Sólo nos faltaban dos cosas que teníamos que hacerlas sobre la marcha: comprar la “Vignette” (pegatina obligatoria para circular por las carreteras suizas) en la frontera antes de entrar en Suiza por 35.75€ y, comprar en cualquier oficina de turismo ó estación de tren la HFC (tarjeta por la que pagamos la mitad en cada teleférico, tren cremallera, etc) por 215.84€ las dos. Después de hacer miles de cuentas es la que mejor nos salía y que al final la amortizamos de sobras (de lo que tendríamos que haber pagado sin ella a lo que pagamos, contando su coste, nos ahorramos más de 350.00€, claramente mereció la pena).
Y ya lo teníamos todo listo, así que el viernes, al salir de trabajar, nos pusimos en marcha adelantando camino hasta llegar a dormir a Montpellier en un apartamento para una noche que nos fue más que suficiente para cenar esa noche y desayunar al día siguiente.
El sábado nos levantamos temprano y nos pusimos en marcha con varias paradas técnicas hasta llegar a nuestra primera visita: LAUSSANE
Laussane nos pareció una ciudad bastante bonita, pero claro, era la primera…
Aparcamos el coche cerca de la catedral (previo pago en la zona azul) y la visitamos y admiramos las vistas que había desde allí arriba.
Mediante unas escaleras cubiertas de madera bajamos a toda la zona del centro pasando por el ayuntamiento y la zona de la catedral
Dimos por concluida la visita y nos fuimos sin parar ya en ningún sitio hasta nuestro destino. Lausanne está relativamente cerca de Frutigen.
Y desde nuestra casita disfrutábamos de estas vistas.
A media tarde ya estábamos organizándonos para el día siguiente. A media tarde ya estábamos estudiando el tiempo que iba a hacer y a media tarde “San Google” nos decía que al día siguiente subir a las montañas no era la mejor opción. Así que empezamos por las excursiones que teníamos como indispensables pero que no fueran montaña (como empezásemos igual cada día, nos iban a fastidiar bien). También nos venía bien que fuese así ya que hasta por la tarde no podíamos comprar las HCF y para subir a las montañas era imprescindible. Así que matábamos dos pájaros de un tiro.
El plan para este día eran 3 puntos muy atrayentes (al menos para nosotros): CATARATAS DE REICHENBACH, LA GARGANTA DEL AARE Y LOS PUERTOS PANORAMICOS.
Temprano salimos en dirección a Meiringen donde se sitúan las cataratas. Estas cataratas son famosas (entre otras cosas) por ser en las que el Profesor Moriarte mata al Sherlock Holmes.
Llegamos y sacamos las entradas conjuntas de las cataratas y la Garganta del río Aare. El precio fue de 32CHF las dos personas y en efectivo porque no admiten el pago con tarjeta.
La visita se inicia salvando una gran altura mediante un funicular. Al bajar del funicular empieza un camino que llega hasta los diferentes miradores y las vistas impresionan.
Después de pasear un buen rato y decidir que no íbamos a llegar al punto exacto donde S.H. se precipita al vacío (estaba marcado con una estrella) empezamos a desandar lo andado y volver al punto de coger el funicular. Una vez abajo cogimos el coche y nos dirigimos rápidamente a la Garganta del río Aare. No queríamos encontrarnos mucha aglomeración.
Aparcamos el coche y fuimos veloces a las taquillas donde con enseñarlas entradas fue suficiente y no tuvimos que hacer ninguna cola.
Empezamos la visita y, una vez más y como nos pasaría muchas veces más, aquello era impresionante y lástima que no había sol. Con el sol debería ser algo extraordinario.
Hay habilitadas unas pasarelas las cuales hacen que se pueda disfrutar de todo el entorno. Aquello era naturaleza pura. Se tarda como 1 hora en hacer todo el recorrido pero para nada se hace pesado.
Cuando llegamos al final del recorrido teníamos dos opciones para volver: de la misma manera que habíamos llegado hasta allí ó bien coger un tren que nos llevaría al parking donde teníamos el coche. Así que así lo hicimos para ganar tiempo y poder seguir con nuestro programa.
El tren de vuelta era algo curioso: al final del sendero hay una puerta que parece una puerta muy común pero que sin embargo cuando llega el tren se abre y es la entrada al andén. Hay que estar atentos porque si no nunca diríamos que por allí pasa un tren.
Cuando nos bajamos del tren cogimos el coche y empezamos nuestra ruta por los puertos panorámicos: es una carretera circular que para situarla bien en el mapa se puede dividir en tres tramos:
Grimselstrasse: De Meiringen a Gletsch: 38 km
Furkastrasse: De Gletsch a Andermatt: 31 km
Sustenstrasse: De Andermatt a Meiringen: 64 km
Entre otras maravillas de la naturaleza visitamos el Glaciar Ródano. Dentro de este glaciar está la cueva de hielo azul. Para llegar al Glaciar hay que llegar hasta el hotel Belvedere. Enfrente del hotel hay un parking y una tienda de souvenirs. La tienda es la entrada al glaciar. Para llegar a la entrada de la cueva hay que bajar por un camino escarpado. Hay que ir con ropa de invierno ya que dentro hace frio.
Después de la visita seguimos nuestra andadura, parando de cuando en cuando para disfrutar de todo el paisaje que Suiza nos estaba empezando a brindar…
Al terminar nuestra ruta circular volvimos a casa. Y miramos que tiempo nos deparaba el día siguiente y la ruleta se paró en el MATTERHORN ó CERVINO.
De camino nos pasamos por la Oficina de Turismo de Frutigen y nos aprovisionamos de las dos tarjetas HFC.
Empezaba un nuevo día y empezaba otra aventura: subir al MATTERHORN (para los suizos) ó CERVINO (para los italianos) que es la montaña en la que está inspirado el famoso “TOBLERONE” y el logotipo de la PARAMOUNT.
Así que, como es buena costumbre en nosotros, iniciamos la marcha bien temprano. Nos encaminamos hasta Kandersteg y aquí cogimos un tren hasta Goppenstein (27CFH cada trayecto). Al tren se sube con el propio coche y se viaja dentro del mismo. Una vez en Goppenstein seguimos conduciendo hasta llegar a Tasch donde dejamos el coche en el parking de la estación de tren (10,00CFH todo el día) y cogimos el tren dirección Zermatt. Aquí es el primer lugar donde empezamos a amortizar nuestras HFC.
El tren de Tasch a Zermatt cuesta 18CFH ida y vuelta cada uno, pero con la HFC sólo pagamos 18CFH los dos.
A Zermatt hay que llegar en tren, los coches no pueden circular, solamente los vehículos eléctricos.
Una vez en Zermatt al salir de la estación cogimos la calle principal a la derecha y enseguida se acaba el pueblo y ahí está el teleférico que nos sube al Matterhorn. El trayecto cuesta 100CFH por persona pero con la HFC fueron 100CFH los dos.
Así funciona la HFC, así que de aquí adelante cuando os diga el precio por persona tenéis que entender que nosotros pagamos por los dos ese mismo importe.
El trayecto es de 20 minutos y va haciendo paradas hasta llegar al final (TrockenerSteg). Una vez arriba cada uno decide que hacer. Nosotros estuvimos paseando y disfrutando de todo lo había por allí que no era poco y sobre todo estuvimos haciendo tiempo a ver si una dichosa nubecilla que se había enganchado en todo el pico decidía irse. Pero no… no se fue en todo el día. El Matterhorn parecía Saturno. Hay que ver… un sol espléndido y manda narices con la nube…
Cuando dimos por concluida la visita bajamos de nuevo al pueblo y allí nos planteamos subir al Gonergrat pero ya era muy tarde (habíamos comido en la cima nuestro pic-nic) y decidimos volver a nuestra casita que teníamos que desandar todo lo andando.
Cuando llegamos, otra vez a estudiar la meteorología y “San Google” esta vez decía que al día siguiente éramos libres para ir donde nos apeteciera, que el sol estaría omnipresente en todo el país, así que no lo íbamos a demorar más, era nuestra visita estrella y no nos íbamos a arriesgar a no poder subir… vamos al JUNGFRAU
Subir al Jungfrau son palabras mayores, económicamente hablando. Menos mal que siempre hay información por la red que te ayuda a que te salga más económico. Existe el llamado Good Morning Ticket que consiste en que se tiene que coger o el primer o el segundo tren de la mañana y bajar como muy tarde en el tren de las 13.13h. Por lo tanto, en nuestro caso esa recompensa merecía un pequeño esfuerzo: y era que teníamos que madrugar.
Así que a las 05.00h estábamos en pie para ir dirección a Lauterbrunnen a coger el tren de las 7.07h. Según donde se esté alojado también se puede coger en Interlaken o en Grindelwald.
Al llegar a Lauterbrunnen dejamos el coche en el parking y sacamos los Good Morning Ticket y enseñamos nuestras HFC, total que con todo esto pagamos 170CFH los dos, cuando su precio real es de 428CF los dos… así que la diferencia salta a la vista. El madrugón había merecido la pena.
Jungfrau es el llamado “Top of Europe” por ser la estación de tren más alta de Europa.
El tren va directo a Kleine Scheidegg y aquí hay que cambiar al tren cremallera sin ninguna complicación, ya que hay personal indicando y dirigiendo a los turistas. Desde Kleine Scheidegg ya se ve el Jungfrau.
Desde Kleine Scheidegg la ascensión es larga y por dentro de la montaña y es interesante estar sentado, en caso contrario se puede hacer pesado. Durante el trayecto por el interior de la roca, el tren hace 2 paradas de cinco minutos para que los pasajeros puedan ir al aseo y aprovechar para mirar por las cristaleras. Estas paradas sólo las hace para subir, a la bajada NO.
Una vez arriba accedimos al complejo del Jungfraujog donde visitamos:
- Palacio de Hielo: excavado dentro de un glaciar
- Mirador de Sphinx: se sube en ascensor. Desde aquí hay una vista de 360 espectacular, y se ve la cabecera del glaciar mas grande de Europa, el Aletsch, con 23 km de largo…
- Glacier Plateau: un espacio acotado sobre el hielo de la montaña, justo bajo el Jungfrau.
Nos hubiese gustado hacer la excursión al refugio Monchsjochhütte pero preferimos no arriesgarnos para no tener que correr a coger el último tren que podíamos coger. La excursión consiste en recorrer 1.5 km por el lateral del glaciar Aletsch y aunque es poca distanciase tarda entre 1 hora y 1.30h debido a la altitud y al hielo.
Tengo que decir que arriba hacía frío, aunque con la ropa de nieve y gracias al sol que teníamos era muy muy soportable.
El tiempo iba pasando hasta que decidimos bajar a Lauterbrunnen de nuevo y nos dirigimos a otro punto interesante el SCHILTHORN. Por si alguien no lo sabe es el lugar donde se rodó una de las películas del agente 007.
Para llegar al Schilthorn tuvimos que hacer una serie de transbordos que aunque cuando se explican parece un poco lioso, la verdad es que una vez lo estás viviendo es de lo más sencillo.
Así que… vamos a viajar… En Lauterbrunnen se coge el teleférico hasta Grutschalp que pasa cada media hora. En Grutschalp cerquísima de donde deja el teleférico está el tren que nos dejará en Murren. El trayecto completo es de 30 minutos.
Murren es un pequeño pueblo desde el que hay unas bonitas vistas. Hay que atravesarlo entero para llegar el funicular, el cual no tiene ninguna pérdida. A la vuelta nos haríamos una foto en un árbol cortado con los Alpes detrás.
Pero aún teníamos que disfrutar del trayecto desde Murren al Schilthorn. Así que sin pérdida de tiempo cogimos el funicular y a disfrutar tanto del ascenso, la estancia y el descenso.
El precio de toda esta excursión fue 105CHF por persona.
Para bajar había varias opciones: haciendo senderismo en su trayecto total; bajando un tramo andando y el resto con teleférico; o bien haciendo el mismo camino que para subir.
Nosotros como parece ser, aún no estábamos satisfechos, bajamos de igual manera que habíamos subido ya que aún teníamos un destino pendiente: LA CATARATAS DE TRUMMELBACHFALL
Así que cogimos el coche y pusimos rumbo a ellas.
Al llegar hay un parking exterior gratis.
Las cataratas simplemente son espectaculares. Dignas de una visita.
Después de pasar por taquilla y pagar 20CHF entre los dos (aquí no hay descuento con la tarjeta) en efectivo, comenzamos la visita subiendo a un ascensor que nos elevó hasta el nivel 6 de los distintos miradores que existen. Cuando salimos del ascensor seguimos subiendo hasta el mirador 10 (que es el último) parándonos en cada rincón para disfrutar de aquella maravilla de la naturaleza, lo que hizo que la ascensión no fuese nada pesada.
Después empezamos el descenso y ya no cogimos el ascensor para nada. Merecía la pena bajar andando y disfrutar de todos los saltos.
Habíamos dado por finalizada nuestra visita y emprendimos regreso hacia nuestra casita de cuento de Heidi. Había sido otro día redondo y decidimos poner la guinda al pastel al pasar por Interlaken. ¿Y si ya que pasamos por Interlaken no subimos al mirador Harden Kulm? Desde ahí podríamos ver la ciudad entre dos lagos, de ahí su nombre “Inter (Entre)” y “Laken (Lagos)”. Y obviamente la respuesta al unísono fue: SI.
Aparcamos el coche en el parking cerca del mirador y fuimos a la taquilla a abonar los correspondientes 19CHF por persona.
Enseguida llegamos arriba y enseguida empezamos a disfrutar de las vistas. Impresionantes no sé si es la palabra que mejor las define.
Y ahora si… ahora era hora de dar por finiquitado el día. Había sido un día muy completo y había sido un día de muchas emociones y muchos sueños cumplidos.
Y ¿mañana? ¿Dónde iremos mañana? Pues tras la obligada consulta estaba claro: de los destinos que quedaban todo apuntaba a: FIRST
Por la mañana salimos hacia Grindelwald donde dejaríamos el coche en un parking descubierto que hay enfrente de la estación del teleférico. Subimos y en 20 minutos llegamos a la cima y desde allí íbamos a hacer senderismo durante una hora para llegar al lago Bachalpsee. Todo lo que veíamos nos gustaba. Estuvimos paseando por los alrededores del lago, explorando la zona y cuando estuvimos satisfechos nos fuimos de vuelta a la entrada del teleférico. En los alrededores también estuvimos un buen rato. Aquellas vistas había que aprovecharlas.
Cuando bajamos al coche seguimos hacia nuestro siguiente punto del día: LAS CASCADAS DE GIESSBACHFALLE.
No son tan impresionantes como las de Trummelbachfall, pero las vistas hacia el lago y el hotel tampoco te dejan indiferente.
Las cascadas son gratis (raro en Suiza), sólo hay que pagar el parking que son 5.00CHF al día.
Otro día que dábamos por terminado… y ya se iban agotando.
Pero teníamos que aprovechar hasta el final… así que… manos a la obra. Mañana sí o sí hay que ir al PILATUS y LUCERNA. No podemos demorarlo más.
Por la mañana había que madrugar de nuevo. Nuestro destino lo teníamos a casi dos horas de distancia. Los días anteriores nos daban nubes y claros y ese día tambiénpero no podíamos postergarlo más. Era nuestro último día en Suiza.
Así que venga… que no se diga… vamos al PILATUS.
Para llegar a la cima se puede hacer desde dos puntos: Alpnachstad (con tren cremallera) o Kriends (teleférico). Nosotros nos decidimos por el primero ya que por nuestro alojamiento nos pillaba más cerca.
Dejamos el coche en el parking que hay al lado de la estación de tren previo pago de 5,00CHF todo el día y sacamos los tickets en las taquillas (72,00CHF por persona).
Los trenes salen cada 30 minutos.
Nos pusimos de espaldas a la montaña y fue todo un acierto. Las vistas desde ahí nos dejaron impresionados, sin pensar en que lo que veríamos después si sería impresionante.
Una vez arriba las vistas eran increíbles. Las nubes y los claros, como bien pronosticaban, se sucedían cada vez más y las nubes lo iban cubriendo todo. Aprovechamos hasta que ya no se veía nada y decidimos bajar.
El viaje de vuelta se hizo pesado. El tren se paró donde se cruzan los que suben y bajan y aún no sabemos por que razón tardamos más de una hora en pasar nosotros.